El chocolate
¿Crees poder describir el sabor del chocolate?
Es amargo, – ¿Como el epazote? – No.
Es dulce – ¿Cómo un caramelo? – No
Tiene un sabor a especias – ¿Como un vino? – No.
Dicen que el sabor más “parecido” es el del zapote negro, pero aun así no es el mismo sabor.
Por eso es que es tan difícil explicar el sabor del chocolate. Puedo también decirte que es café, un tono especial, que hasta los coloristas han dado a ese tono, el nombre de chocolate. También te puedo decir que su textura es blanda, pero consistente, líquida o sólida, y en todos los casos, no pierde su sabor.
Pues así, es quererte explicar cómo es Dios y esa relación con él, de la que algunos hablan. Te puedo decir cómo es él, sus atributos que lo hacen tan diferente a los seres humanos. Pues la mayoría de las veces confundimos a Dios con el hombre, le atribuimos sentimientos y características de hombres que erran. Y no, así no es Dios. Por eso solamente, como el chocolate, necesitas probarlo tú mismo. No puede alguien venir y decirte, es algo personal, algo que solo tú puedes experimentar. Ningún “parecido” se asemeja a él, no podemos confundir e sabor del zapote negro con el chocolate, así tampoco podemos confundir el poder, el dinero, la autosatisfacción, con el Dios verdadero.
Solo probándolo puedes comprobar que la descripción que Su palabra hace de él, no solo es verdad, sino que está diseñada para que individualmente puedas comprobar su hermosura, su cuidado, su bondad, su amor.
Te invito a conocerlo, así como conoces el sabor del chocolate. “Prueben y vean que el Señor es bueno.” (Salmo 34:8)
Folleto para regalar:
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